Shock de la semana: Daniel Day-Lewis anuncia su retiro

daniel day lewis

En este mundo en que las cosas pasan tan rápido, y más después de 2016, que perdimos tanta gente del mundo de la música y la actuación inesperadamente (en estos días el joven Anton Yelchin cumplió un año de muerto), noticias como la que estoy compartiendo ahora con ustedes son raras. Pero sin embargo, no deja de ser un shock.

Daniel Day-Lewis, considerado uno de los más grandes actores de su generación, ganador de tres premios Oscar y que jamás en su vida (citando a un ex anfitrión de uno de mis podcasts favoritos) ha dicho una mentira en al pantalla, se retira de la actuación.

En una exclusiva, la portavoz del actor, Leslee Dart, le confirmó a Variety la noticia.

«Daniel Day-Lewis no trabajará más como actor. Está inmensamente agradecido con todos sus colaboradores y audiencias a lo largo de todos estos años. Esta es una decisión privada y ni él ni sus representantes harán ningún otro comentario sobre este tema».

Lo que más me desespera de esta noticia –aparte del hecho que, sabes, no veremos más películas con Daniel Day-Lewis– es que no da ninguna razón. El actor es famosamente huidizo de las entrevistas; de hecho desde que ganó prominencia con Mi Pie Izquierdo no recuerdo haber visto un solo perfil, una entrevista larga o algo parecido. Si acaso una con Oprah, y porque bueno, es Oprah. Así que esta es un «cálatela, me voy y ya» y hay que, bueno, calársela.

Pero debo admitir que el actor de 60 años (nació el 29 de abril de 1957) se ha ganado un descanso. Famoso por su extrema preparación para un papel, el hombre ha hecho de todo en su carrera de más de cuarenta años, desde dramas de época, aventura épica, musicales y sí, hasta una comedia de enredos. Y es el único actor que ha ganado tres Oscars como Mejor Actor Principal: uno como el escritor y artista Christy Brown en Mi Pie Izquierdo, como el ambicioso hombre de petróleo Daniel Plainview en There Will Be Blood, y como el Honesto Abe en Lincoln. (También fue nominado por sus papeles en Pandillas de Nueva YorkEn El Nombre del Padre.) Tiene una película más por venir llamada Phantom Thread, donde se reúne con el director Paul Thomas Anderson, que se desarrolla en el mundo de la moda, a estrenarse el 25 de diciembre de este año. Y, de acuerdo a esta noticia, ya. Listo.

El hijo de un poeta (Cecil Day-Lewis) y una actriz (Jill Balcon), nacido en Londres pero nacionalizado irlandés en 1993, hizo su debut a los 14 años en un pequeño papel en Sunday Bloody Sunday de 1971. Empezó a destacarse tanto en el teatro como la televisión antes de finalmente hacer un impacto en el cine en 1985 con el doble golpe de My Beautiful LaundretteA Room With A View, en dos papeles que no podrían ser más distintos: un patán callejero en la primera y un miembro de la clase alta eduardiana en la segunda. Increíblemente selectivo para escoger sus proyectos, como se puede ver en los apenas 29 créditos como actor que tiene en su página de IMDB, a veces pueden pasar años entre trabajos; de hecho a principios de los años 2000 estaba supuestamente trabajando como zapatero antes que Martin Scorsese lo llamara para Pandillas. Pero gracias a Dios por esa selectividad; vamos a ver la carrera de Daniel Day-Lewis.

Stars and Bars (1988)

Si sólo conocen a Daniel Day-Lewis de sus papeles dramáticos, saben que a pesar de todo siempre logra asomar algo de humor. Pero lo que jamás se esperarían es verlo en una comedia alocada como esta de 1988, dirigida por el irlandés Pat o’Connor (The Calendar Killer, Sweet November) y compartiendo pantalla con gente como Joan Cusack, Spalding Grey, Harry Dean Stanton, Laurie Metcalf y la recientemente fallecida Glenne Headly. Aquí hace de un experto británico en arte que debe viajar a Estados Unidos a tratar de comprar un Renoir raro, pero se encuentra con mil obstáculos en el camino, en especial por la gente que conoce. Como pueden ver en este video, se entrega a lo absurdo con el mismo empeño que sus papeles más conocidos.

La Insoportable Levedad del Ser (1988)

Arriba les hablé del contraste entre las dos películas que pusieron a Day-Lewis en el mapa, pero en este mismo año 1988 ya mostraba que era capaz de hacer cualquier cosa, pues antes de la absurda Stars and Bars protagonizó esta adaptación del clásico de Milan Kundera, dirigida por Philip Kauffman, junto a Juliette Binoche. Y aquí ya dio muestras de su increíble preparación: para interpretar al sexualmente activo doctor Thomas, aprendió a hablar checo con fluidez. (La película está completa en YouTube, aunque sin subtítulos.)

Mi Pie Izquierdo (1989)

¿Quieren entender lo que es entrega para un papel? Mientras Day-Lewis filmaba la historia de Christy Brown, el famoso pintor y escritor irlandés con parálisis cerebral, nunca se salió del personaje, ni siquiera cuando no estaban filmando. Hasta se quebró dos costillas por estar siempre encorvado, y nunca pararse de la silla de ruedas. Ni siquiera cuando su agente vino a visitarlo, lo que hizo que éste se fuera molesto. Por supuesto que se ganaría con él su primer Oscar. Dirigida por un debutante Jim Sheridan, sigue siendo la referencia a la hora de los comentarios burlones que aseguran que la Academia premia a cualquiera que interprete a alguien con una condición debilitante, pero reto a cualquiera que diga que Day-Lewis no es el estándar a seguir en este aspecto.

El Último de los Mohicanos (1992)

Cuando Michael Mann lo contrató para hacer de Ojo de Halcón en la adaptación del clásico de aventuras de James Fenimore Cooper, Day-Lewis se convirtió no sólo en un respetable actor, sino en un héroe épico, tanto para hombres como para mujeres. ¿Qué dama no quiere que un hombre le jure que la encontrará, no importa lo que pase? La película es de esas que ha mejorado su reputación con el paso de los años, y Day-Lewis es una fuerza de la naturaleza como nada. Y fiel a su método, pasó varios meses viviendo en un bosque de la caza y pesca antes de empezar a filmar.

En el Nombre Del Padre (1993)

En 1993, Day-Lewis se reencontró con el director Jim Sheridan para otra película de la vida real, interpretando al prisionero Gerry Conlon, uno de cuatro irlandeses injustamente apresados por un ataque hecho por el Ejército Republicano Irlandés al suburbio de Guilford en Surrey, Inglaterra; su confesión forzada hace además que encarcelen también a su padre, Giuseppe (magníficamente interpretado por Pete Postlethwaithe). La película, que además cuenta el esfuerzo de una abogada (Emma Thompson) por liberarlos, ha sido criticada por tomarse varias libertades con la historia de Conlon, pero una vez más Day-Lewis es algo magnífico. Esta escena que les comparto, donde es obligado a confesar el crimen que no cometió, en serio les partirá el corazón. Otra nominación más que ganada.

Pandillas de Nueva York (2002)

¿Qué pasa cuando sumas al mejor actor de una generación con uno de los mejores directores de todos los tiempos? Un clásico, si Cameron Díaz hubiera estado al mismo nivel que todo el resto del elenco. Pero es un problema minoritario, porque aunque se centra en la historia de Leonardo DiCaprio, Day-Lewis, como el memorable villano Bill «Butcher» Cutting (basado en el verdadero jefe de pandillas del siglo XIX Bill «Butcher» Poole), agarra la película y se la lleva lejos, muy lejos. Lo temible es que, como los mejores villanos, puede ser absolutamente encantador en un instante y absolutamente aterrador al otro. En una escena de pelea, DiCaprio le rompió la nariz por accidente, y siguió filmando como si nada. Eso es lo que pasa cuando escuchas Eminem las 24 horas para tener acceso a esa rabia. Ah, ¿y el ojo falso? Tenía su verdadero ojo cubierto con un símbolo de plástico. Sí, de verdad se tocaba el ojo con un cuchillo. ¿Y ese acento? Martin Scorsese lo basó oyendo una grabación de la voz del escritor Walt Whitman de la época, y Day-Lewis lo adoptó a la perfección. Y un día, DiCaprio y Scorsese lo convencieron de ir a cenar con ellos, y Day-Lewis, otra vez, nunca se salió del personaje. Como se supondrán, la mesera que los atendió estaba aterrada de acercársele. ¿La pueden culpar?

There Will Be Blood (2007)

Hay actuaciones grandes. Piensen en Robert de Niro en Raging Bull. Hay actuaciones gigantescas. Como Al Pacino en Scarface. Y luego actuaciones del tamaño del Himalaya. Y esa es la transformación de Daniel Day-Lewis en Daniel Plainview en There Will Be Blood (me rehúso a llamarla Petróleo SangrientoPozos de Ambición). La obra cumbre de Paul Thomas Anderson es llamada «la Citizen Kane de nuestros tiempos», por su historia de cómo la ambición termina corrompiendo a cualquiera, pero la diferencia de Plainview con Charles Foster Kane es que ya Plainview venía corrupto de entrada, y lo disimulaba bajo la apariencia de un hombre de familia. Todo el mundo empezaría a imitar la voz de Plainview, que Day-Lewis apenas alza en una ocasión, ya casi al final, cuando le dice a un aterrado Eli Sunday (Paul Dano) cómo es el drenaje con una frase que ya se ha hecho famosa: «I drink your milkshake«. Estoy convencido que la Academia no tuvo más remedio que darle el Oscar. Además que merecía esa estatuilla, por completo, todos los miembros temían por su vida. (Una nota sobre Paul Dano, quien muchas veces ha sido criticado por «no llegarle» a Day-Lewis aquí: originalmente otro actor iba a hacer de Eli mientras que Dano sólo haría de su hermano Paul. Pero el director luego le pidió que asumiera también el papel de Eli, y sólo tuvo cuatro días para prepararse; comparen con el año con el que Day-Lewis estuvo preparando a Plainview. Un poquito de consideración, por favor, con el pobre chamo.) Pueden leer mi reseña original de esta película aquí.

Lincoln (2012)

Cuando Steven Spielberg anunció que finalmente empezaría a filmar su película sobre Abraham Lincoln, luego de doce años de investigación, su primera, y quizá en ese momento única, opción para interpretar al icónico presidente fue Day-Lewis. Pero aunque no lo crean, el actor rechazó el papel al principio, porque no sabía si era capaz de representar semejante papel. (Piensen en eso la próxima vez que crean que no están a la altura de algo; hasta el mejor actor del mundo a veces duda de su capacidad.) Cuando Liam Neeson también rechazó el papel, Spielberg insitió, y fue Leonardo DiCaprio quien convenció a Day-Lewis de aceptar. Cómo lo hizo, no se sabe, pero Spielberg había dicho que si esta vez no aceptaba, sencillamente no haría la película. Y vaya un triunfo resultó; Day-Lewis desarrolló una barba, estudió con fervor la voz del distinguido personaje y, otra vez, se quedó en el personaje en todo el tiempo que filmó. Nota curosa: Cuando hizo historia y ganó su tercer Oscar por el papel, lo recibió de manos de Meryl Streep, quien había ganado el año anterior por interpretar a Margaret Thatcher en La Dama de Hierro; cuando ella ganó, Colin Firth fue quien se lo entregó, quien a su vez había ganado el año anterior por su interpretación del rey Jorge VI en El Discurso del Rey. Entonces en tres años, el Oscar pasó del rey de Inglaterra, a la Primera Ministro británica, al presidente de Estados Unidos.

Si de verdad este será el último año que veremos semejante talento en pantalla (y ya he leído a varios escépticos,  pero miren a Gene Hackman) pues repito, se ha ganado su descanso.  Nos podemos lanzar un maratón en su honor nada más con las películas que nombro aquí.  Thank you, Mr.  Day-Lewis.

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