Lo diré de frente sin perder mucho tiempo: amé La Mujer Maravilla. Va camino a ser mi película favorita del año. Va a ser muy difìcil de superar. Lo tiene todo. La amé, en serio.
Desde que Warner Borthers decidió empezar a competir de tú a tú con Marvel en el cine, luego del rotundo éxito de taquilla y crítica de todas sus películas, desde Iron Man hasta Guardianes de la Galaxia Vol. 2, digamos que hay algo en la calidad de las películas de DC que ha estado faltando severamente. Man of Steel fue una decepción, Suicide Squad fue como ver un choque de trenes mientras pasabas una nota, y Batman v. Superman fue ese choque de trenes añadido con una estampida de elefantes cargando orcos: suena genial en teoría, pero en realidad sólo es genial por un instante y luego el horror del resultado final te pega.
Pero con Wonder Woman, DC finalmente parece haber entendido una regal básica: respeta al personaje, hazlo emocionante y no trates de ceder a cada rato en hacerle servicio a los fans.
Dirigida por Patty Jenkins, cuya última película (Monster) llevó a Charlize Theron al Oscar, el guión del veterano escritor de cómics Geoff Johns nos muestra a Diana (Gal Gadot) desde su infancia en la isla de Tescimira, el reino de las amazonas, donde transcurre sus días en paz como la hija de la reina Hipólita (Connie Nielsen) y bajo el entrenamiento de Amtíope (Robin Wright). Esa paz es destruída cuando el capitán Steve Trevor (Chris Pine) se estrella en sus playas, y Diana sabe que en el mundo de los hombres hay una terrible guerra, la Guerra para Acabar Todas Las Guerras. Contra los deseos de Hipólita, Diana decide viajar con Steve para tratar de detener esta guerra, que puede ser culpa del mismísimo dios de la guerra, Ares, y debe evitar la muerte de millones –y entender su verdadera misión.
Jenkins parece que ignoró lo que Zack Snyder había estado haciendo hasta ahora, que creía que como todas las de películas de Batman dirigidas por Christopher Nolan eran oscuras e intensas, todo el mundo lo que quería era sus superhéroes oscuros e intensos. Por eso fallaron por completo con Superman. Y con Suicide Squad, decidieron caer en cada cliché que pudieron imaginar, agarrar cualquier lógica y mandarla al carajo y oootra vez el bendito Rayo Hacia El Cielo Que Hay Que Destruír. Jenkins no. Jenkins entiende al personaje de la Mujer Maravilla, y la proyecta perfectamente.
De hecho, considero que ambientar la película en la Primera Guerra Mundial refuerza algo clave de Diana, y es el hecho que ella viene de una cultura donde las mujeres lo son todo, criadas como guerreras clásicas, llegando a una época donde las mujeres son de tercera. Pero además tampoco entiende comportamientos sociales o éticos de la época, de modo que está simultáneamente adelantada a su época y muy, muy atrasada, lo que da para algunos de los momentos más cómicos de la película, en especial sus interacciones con Etta Candy (una genial Lucy Davis) o cómo se enfrenta al lato mando militar británico.
Ah sí, esta película tiene varios momentos comiquísimos absolutamente naturales, y muchos vienen de la genial química entre Gadot y Pine, quien lo siento por las fans de Evans, Hemsworth y Pratt, es el Chris con la carrera más interesante en la actualidad. No es «un huevo sin sal» ni está ahí sólo para servir de dulcito pa’ los ojos femeninos, sino que tiene un papel importante que cumplir en la historia que va más allá de ser el objeto de amor de Diana. Su incomodidad con la actitud de Diana sin ser un machista consumado lo hace absolutamente encantador.
Y yo me acuerdo cuando vi a Gadot por primera vez en la cuarta de Rápido y Furioso, el papel que la trajo a las masas. Dije «bella, pero pana, parece un mural». No era una buena actriz. Aquí no va a ganar ningún Oscar, pero ha recibido clases, sin duda. Puede convencer como encantadora, dolida, furiosa o preocupada, y lleva su papel como super heroína con aplomo, con las requeridas poses y momentos en cámara lenta. De hecho en las escenas de pelea tanto ella como Jenkins demuestran saber lo que hacen, Gadot con el posible entrenamiento que haya recibido en el ejército israelí, y Jenkins con su primera película de acción: sabe dónde poner la cámara y no la mete demasiado cerca en la acción para que uno entienda qué es lo que está pasando.
Esta es una película que marcará un antes y después en el cine de super héroes, sobre todo porque (a) el panorama necesitaba un refrescamiento urgente y (b) no habrá una película de super héroes con una mujer como protagonista hasta que Brie Larson se convierta en Captain Marvel, y quién sabe cuándo Joss Whedon arranque con su proyecto de Batichica. Sigan la lección, niñitos: vean lo que pasa cuando alguien estudia bien un personaje y desarrolla una visión en base a él, no cuando trata de forzar una visión que cree que debe seguir el mercado.
Wonder Woman acaba de ser estrenada en el país (luego de algunos tropiezos con la aduana, pero ya está en cartelera). Dirigida por Patty Jenkins, protagonizada por Gal gadot, Chris Pine, Robin Wright, Connie Nielsen, David Thewlis, Danny Huston y Elena Anaya, entre otros.
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